La estrella anfitriona, una enana de Clase Mes miembro de un sistema triple de estrellas y tiene una composición diferente a nuestro Sol, con una abundancia mucho menor de elementos más pesados que el helio, como el hierro, el carbono y el silicio. Como estos elementos son los bloques esenciales de los planetas rocosos, los científicos no creían que esta estrella pudiera tener planetas en su orbita, pero ahí estaban. Y no solo uno. Este mundo prometedor puede dos o tres compañeros alrededor, incluido un gigante gaseoso y otra supertierra. Este descubrimiento indica, según los científicos, que, posiblemente, los planetas habitables pueden encontrarse en una mayor variedad de ambientes de lo que se creía ero el equipo de investigación encontró una señal de un nuevo planeta (GJ 667Cc) con un período orbital de 28,15 días y una masa mínima de 4,5 veces la de la Tierra. El nuevo mundo recibe el 90% de la luz que recibe nuestro orbe. Sin embargo, como la mayor parte de su luz entrante es en infrarrojo, un porcentaje más alto de esta energía es absorbida por el planeta. Teniendo en cuenta estos dos efectos, es posible que el planeta absorba la misma cantidad de energía de su estrella que la Tierra obtiene del Sol.
«Este nuevo planeta es el mejor candidato para contener agua líquida y, quizás, la vida tal como la conocemos», asegura el científico español Guillem Anglada-Escudé, perteneciente a la Institución Carnegie para la Ciencia cuando se elaboró la investigación y hoy en la Universidad de Gotinga.
El sistema también podría contener un planeta gigante gaseoso y otra supertierra con un período orbital de 75 días. Sin embargo, hacen falta nuevas observaciones para confirmar estas dos posibilidades. «Con el advenimiento de una nueva generación de instrumentos, los investigadores será capaces de examinar muchas estrellas enanas en busca de planetas similaresanteriormente.
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